Transcripción |
[...] Leído un escrito de Antonio de Salazar, maestro de capilla de esta Santa Iglesia, representando el que se le dispense en lo mandado sobre que asista a la escoleta a la enseñaza de el canto figurado y contrapunto a todos los músicos y a los niños infantes, y a uno o dos sujetos para el ministerio de sochantre, por las razones que expresa en dicho escrito: su corta salud y no ser necesario que todos los cantores hayan de saber contrapunto para ser diestros, hallarse con sesenta años de edad y casi ciego; y que los sujetos que se le señalasen para que los enseñase para sochantres, se les mande vayan a su casa para, con más continuación, enseñarlo como lo haría también a el que se aplicase a aprender el contrapunto. Sobre lo cual, se procedió a conferir y votar, y se resolvió el que dicho maestro ejecute lo que propone en dicho escrito, en su casa, y que por sus ausencias y enfermedades asista como maestro don Manuel de Sumaya, presbítero, por su conocida suficiencia, y que lo haga en la escoleta todos los lunes y jueves del año, como está mandado a la enseñanza del contrapunto y haga toda la música necesaria para el culto de esta Santa Iglesia, y que se le despache título, con calidad de que no pueda pedir salario ni cosa alguna por razón de esto y que, caso que lo pida, no se le dé; y que por su trabajo, del salario que le está asignado a dicho maestro, se le dé cincuenta pesos cada año, y que a don Manuel de Cardenas se le notifique que, en atención a habérsele señalado doscientos pesos de salario, con tal que aprendiese el oficio de sochantre, en caso de faltar dicho bachiller Sumaya, asista a la escoleta los lunes y jueves, y a la casa del maestro a ejercitarse y a adiestrarse; y que faltando, se prevenga a el maestro, informe para dar las providencias convenientes. |