Transcripción |
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A otro del bachiller don Francisco de Atienza, instando en la pretensión de que se continúe en el ejercicio y regencia de la capilla, en ausencias y enfermedades del maestro. Se procedió a conferir y votar, habiéndose leído lo resuelto en los cabildos antecedentes, que sobre este punto se tuvieron en diez de enero, en que se encargó dicha regencia a Manuel de Sumaya, organista, y el cuidado de la escoleta en ausencias de dicho maestro; y día once de febrero, en que se resolvió remitir esta pretensión al señor maestrescuela y que, por lo que tocase a el coro, el señor presidente diese la providencia conveniente, como también para lo demás que ocurriese fuera de la iglesia. Se resolvió por la mayor parte, se guarde lo proveído en dicho último cabildo y que el maestro cumpla con su obligación asistiendo a la escoleta, con apercibimiento que se le quitarán los doscientos pesos que le están asignados por ella, y que no pudiendo asistir por estar enfermo, lo haga dicho bachiller Sumaya, y que en las ocasiones en que no asistiese a el coro el maestro, avise al apuntador el señor que estuviere de presidente, para que señale, en conformidad de la erección, uno de los cantores para que eche el compás. Y en este punto votaron el señor tesorero, el señor Costela y el señor Gonzalez, que dicho don Francisco de Atienza regentee y eche el compás por estar nombrado desde el año de setecientos tres, por el señor presidente que entonces era, y que se recoja el título despachado a dicho bachiller Sumaya, en que se había nombrado por maestro en ausencias y enfermedades del dicho maestro Salazar, por ser incompatible el que siendo organista, pueda asistir a la regencia de dicha capilla y echar el compás; y de este voto, pidieron testimonio dichos señores. |